viernes, 22 de marzo de 2019

El placard.

Meses atrás Netflix da con un éxito total: Marie Kondo. No se exactamente de que se trata porque jamás tuve la paciencia para ver un solo capitulo. Después de un trabajo de ocho horas, seis horas de cursado, dos de viaje a casa.. y levantarme a las tres de la mañana  a estudiar antes de ir a trabajar me resulta que lo último que quiero hacer es ordenar el placard. 
Pero como todo en ésta vida hay misterios e interrogantes. 
Resulta de ser, que hace unos meses atrás, creo que ya unos seis, después de salir unos diez con una persona pasó lo que siempre suele pasar: AMOR NO CORRESPONDIDO. Lejos de entrar en detalle acerca de la crueldad de los sucesos ocurridos, quiero decir que la dignidad nunca está a salvo y siempre todo tiene que ver con todo.
Hace unos meses mi jefa decidió cambiar un armario que teníamos en el trabajo. Tiene una obsesión: que sus puertas estén siempre cerradas. Un día me la cruzo y al verlas cerradas me arroja la siguiente frase: "es que para dormir necesito que las puertas del placard esten cerradas, y acá necesito que estén así también".. entonces ME HIZO RUIDO. No me parecía tan descabellado pues TENGO LA MISMA OBSESIÓN. Pero en los últimos, algo había cambiado.
Vengo a caer en la cuenta de que hace unos dos meses estoy durmiendo con las puertas abiertas del placard, cosa que en octubre o noviembre eran impensadas pues además habia visto una serie en la cual uno de sus personajes muertos salia del closet, se ve que desde el mas allá o el mas acá, no quedo claro, pero en fin.. estuve mínimo dos meses manteniendo herméticas esas puertas. 
Otro hecho acontece: en febrero le escribo un mensaje a quien me rompió el corazón de tal manera que no podría encontrar palabras tan dolorosas para contarlo. Sí, muy melodramática, pero es para que divisen lo importante que era Arturo para mí. Me contesta muy bien, me promete que me va a escribir. Nunca pasa.. ni va a pasar lo sabemos. Pero.. ha sido mi perdida de dignidad un error: pues no creo haber perdido la dignidad, no le pedí nada. No creo haber reabierto una historia, si tuve el valor de escribirle fue en son de paz. Y que tiene que ver un placard, Marie Kondo y mi jefa con todo esto? 
Bue.. hoy llegue a mi casa. Lo primero que veo son las puertas del placard abiertas. Me hace ruido. Hace unos dos meses duermo con las puertas abiertas. Hace un mes le escribí. Hay algo que se me va.. es el miedo. El miedo a ver alguna que otra cosa que me regaló.
Después de haberme roto el corazón, lloré tres semanas con el buzo puesto que me había regalado. Sintiendo su olor, su perfume, el olor de su casa.. sintiendolo a él. Hice un duelo con el ahí Y en los meses siguientes, en algún momento después de los anti depresivos y las pastillas para dormir que me da el psiquiatra, despues de haber dejado todo lo que me hace mal, empiezo a sanar. Llego hoy a casa. Veo las puertas abiertas del placard. Y hago click. Hay algo que me estresa. Lo hizo silenciosamente todo este tiempo. Al fondo de un estante hay un buzo azul gigante, ese que el no quiere de nuevo. Ese que lloró conmigo. Ese que amaba tener puesto porque lo sentía cerca. Ese.. con el cual no sabia qué hacer. 
Entonces empiezo a ordenar y caigo en la cuenta que nada es casualidad. Toda mi vida dormí con las puertas cerradas, pero cuando algo empezó a tener que salir empecé a dormir con las puertas abiertas.  
Toda la ropa arriba de la cama, estoy ordenando. A lo Marie Kondo? NO. A lo Lissa, a lo ordenado. Puedo perdonarme por haberme enamorado de vos. Puedo perdonarme y perdonarte y entender que todo lo que luego pasó, no viene al caso pero es maravilloso, era necesario para que pasara. El amor del bueno esta cerca. 
Sigo ordenando el placard. Cuando cierre esas puertas algo voy a cerrar. Cuando saque ese buzo algo va a pasar. Y el universo me seguirá dando el amor que di tanto tiempo y ahora me vuelve.
Bienvenida de nuevo. Abrí para cerrar.